Estuve en el Reino Unido este otoño y nunca deja de sorprenderme la cantidad de productos disponibles en los supermercados, sobre todo en el Tesco. Suele haber un pasadillo (muy largo) dedicado a chuches y el chocolate. Hay otro igual de largo para pasteles, tartas y galletas. También hay una cantidad extraordinaria de platos precocinados, cargados de sal y azucar, y todo envuelto en dos o tres capas de embalaje. Un desastre de salud y para el medio ambiente. Y preguntamos por qué la población británica se está volviendo obesa.
Sin embargo, una sorpresa bienvenida fue esta parada de fruita gratis para niños y niñas:
Los supermercados españoles todavía no han alcanzado el nivel británico de glotonería. La sección de platos precocinados en el Mercadona es modesta, y el mostrador de pescado fresco, ¡enorme! Y la cantidad de comida basura, sobre todo los chuches y el chocolate, es mucho menos. Parece que la gente se queda con la dieta meditaránea por ahora.
Por otro lado, identificar de donde viene tu comida puede ser dificil. ¿De donde salieron estos limones en el Lidl?
¿Argentina? ¿España? ¿Sudáfrica? ¿Quien sabe?
Creo que seguiré yendo al mercado lo máximo posible.